Hecho en Medellín
¡Siempre hay una luz! ¡Tú eres luz!
Siempre que compramos una nueva prenda, quisiéramos saber cómo hacemos para que nos dure como nueva por mucho tiempo. Es por esto, que queremos darte estos tips para que lo consigas:
Acostumbra leer y seguir las “instrucciones de lavado” que lleva consigo cada prenda, en nuestro caso la encuentras en una etiqueta ubicada en la parte interna del costado izquierdo de la prenda. Estas instrucciones dependen especialmente del tipo de tela con el que fue fabricada la prenda, y te indicará cosas como el tipo de lavado que debes realizar, la temperatura que debes usar, si debes planchar o no, etc.
No dejes remojando las prendas que tengan mezcla de colores, fácilmente pueden migrar los colores oscuros y manchar las partes claras de la prenda.
Si la prenda es oscura, un truco muy eficaz para que conserve vivo su color, es remojarla por al menos 15 minutos en una solución de una taza de vinagre blanco y medio litro de agua. La acidez del vinagre es la característica que mantiene el color en una prenda.
Antes de lavar las prendas, asegúrate de soltar todos los botones o broches que tenga. En el lavado podrían reventarse por la fricción que hay entre las prendas.
No laves juntas las prendas que sean diferentes en peso y/o color. Las más pesadas pueden dañar a las más livianas por la fricción en la lavadora, y las prendas oscuras pueden manchar a las claras.
Lava y seca las prendas por el revés, así conseguirás cuidar más su color y evitarás que se deterioren por contacto con otras prendas o con las paredes de la lavadora.
Si te gusta usar suavizante, hazlo en pequeñas concentraciones (disuelto en agua). El suavizante debilita las fibras de tus prendas, y no es un producto ecológico.
No uses secadora, ya que las altas temperaturas pueden generar encogimiento en tus prendas. Las prendas de colores no debes secarlas directamente bajo el sol, hazlo siempre a la sombra. Con esta práctica lograrás conservar mejor los colores.
No retuerzas las prendas para escurrirlas, y sacúdelas antes de ponerlas a secar, así conseguirás que no tengan tantas arrugas y evitarás tener que plancharlas cuando estén secas. O al menos el planchado será una tarea más fácil, eso sí, hazlo por el revés y sin presionar demasiado!